Infarto del Miocardio

¿Qué es un infarto de miocardio?

Un infarto de miocardio se produce cuando se bloquea el suministro de sangre al miocardio y muere una porción del miocardio.
El corazón bombea sangre, que transporta oxígeno a todo el cuerpo. El corazón, al igual que otras partes del cuerpo, necesita oxígeno para sobrevivir. Vasos sanguíneos especiales en la superficie del corazón (arterias coronarias) suministran sangre y oxígeno al miocardio. Cuando el suministro de sangre al miocardio disminuye o se bloquea, muere una porción del mismo. Esto se denomina un infarto de miocardio.

Puesto que un ataque de miocardio daña únicamente una pequeña parte del mismo, el resto sigue trabajando de manera habitual. Sin embargo, si tiene otro ataque de miocardio, se podría dañar más tejido cardíaco.

Hace años, era muy común la muerte por infartos de miocardio. Si se daña una porción suficiente del miocardio, las personas aún podrían morir de un infarto de miocardio. Sin embargo, los ataques de miocardio no se producen en un instante. Al contrario, se generan durante un periodo de horas o más.

Gracias a los tratamientos avanzados y a la atención médica inmediata de hoy en día, sobrevive la mayoría de las personas. Aún así, después de que se produce un ataque de miocardio, este ya no será igual de saludable. De manera que los ataques de miocardio pueden conducir a otros problemas como insuficiencias cardíacas o arritmias cardíacas.

Causas

¿Cuáles son las causas de un infarto de miocardio?

Un infarto de miocardio se produce generalmente debido a la acumulación de placa ateromatosa en las arterias coronarias. La placa ateromatosa se acumula con el tiempo y bloquea poco a poco o por completo el flujo sanguíneo hacia el miocardio.

La placa ateromatosa está formada por sustancias grasas, como el colesterol, que se encuentran en la sangre. La placa ateromatosa se acumula poco a poco con el tiempo. Finalmente, la placa ateromatosa puede endurecerse y estrechar las arterias coronarias. La placa ateromatosa también puede bloquear poco a poco o por completo el flujo sanguíneo hacia el miocardio. Cuando la placa ateromatosa bloquea el suministro de sangre al corazón, este no puede recibir el oxígeno que necesita.

Ateroesclerosis es el término médico general para la acumulación de placa ateromatosa que obstruye las arterias. Arteriopatía coronaria (AC) es el término médico para la ateroesclerosis en las arterias coronarias. Así, la ateroesclerosis o AC, el término que prefiera, puede provocar infartos de miocardio.

Durante muchas décadas, los médicos pensaron que los infartos de miocardio, y la AC en general, afectaban principalmente a los hombres. Ahora, se han dado cuenta que la cardiopatía es igualmente común en las mujeres. Como resultado, se realizan más estudios clínicos para obtener más información sobre la manera en que se diferencian los infartos de miocardio entre hombres y mujeres.

La clave para prevenir un infarto de miocardio es controlar los factores de riesgo. De manera particular, los factores de riesgo que se pueden controlar a menudo marcan una gran diferencia en la probabilidad de que sufra un infarto de miocardio. Cuantos más factores de riesgo tenga, mayores serán las probabilidades de presentar una AC.

Factores de riesgo que puede cambiar

  • Consumir alimentos ricos en grasas
  • Falta de ejercicio
  • Tabaquismo
  • Estrés
  • Sobrepeso


Factores que no puede cambiar

  • Edad: el riesgo incrementa a medida que envejece
  • Género
  • Herencia: el riesgo incrementa si existen antecedentes familiares de enfermedades vasculares o cardiopatías


Otras afecciones que pueden incrementar el riesgo

  • Diabetes
  • Presión arterial alta
 

¿Quien esta en riesgo?

Cómo saber si presenta un problema

Desde luego, es normal que su frecuencia cardíaca varíe ampliamente durante el transcurso del día, según si está activo o en reposo. Por ejemplo, se espera que el ritmo cardíaco aumente al hacer ejercicio, pero no cuando se está sentado sin moverse. Lo que no es normal es una frecuencia cardíaca que sea rápida o lenta a causa de un problema en el sistema de conducción. Si presenta ciertos síntomas, es posible que el médico quiera realizar pruebas en su sistema de conducción.

Los problemas de conducción, como las arritmias, algunas veces pueden pasar desapercibidos.

Otras veces, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Nivel de energía reducido
  • Fatiga
  • Disnea
  • Palpitaciones (siente que el corazón se salta un latido o que late rápidamente)
  • Dolor torácico
  • Mareos
  • Sensación de desvanecimiento

La buena noticia es que las pruebas pueden mostrar si presenta problemas de conducción. Es por ello que debe consultar al médico si presenta alguno de estos síntomas. Usted conoce su cuerpo lo suficientemente bien para saber cuándo siente algo extraño.

Para verificar si se presenta algún problema, es posible que el médico recomiende una o más pruebas. Sin embargo, tenga en mente que la prescripción de pruebas no implica automáticamente que se considere que presenta problemas de conducción. Dichas pruebas también pueden ayudar a determinar que no presenta problemas de conducción.

Síntomas

¿Cuáles son los síntomas del infarto de miocardio?

Los infartos de miocardio pueden causar dolor intenso en el tórax, los brazos, la espalda o la mandíbula, pueden provocar disnea (dificultad para respirar), náuseas, fatiga e indigestión. Los síntomas difieren entre hombres y mujeres.

Tal vez sepa que un síntoma típico del infarto de miocardio es el dolor torácico (angina de pecho) que no desaparece al hacer reposo. Sin embargo, los médicos han descubierto recientemente que este es un síntoma más frecuente en los hombres que en las mujeres. Los estudios anteriores de infartos de miocardio se enfocaron principalmente en los hombres. Actualmente, los estudios también se enfocan en las mujeres. Es posible que el médico sepa que los síntomas en hombres y mujeres son diferentes.

Los síntomas más comunes para hombres y mujeres, inmediatamente antes o durante un infarto de miocardio, son los siguientes:

Síntomas tradicionales (provenientes de estudios realizados principalmente en hombres)

  • Dolor o molestias en la parte central del tórax
  • Molestias en los brazos, la espalda, el cuello, la mandíbula o el estómago
  • Disnea (dificultad para respirar)
  • Sudor frío
  • Náusea o mareos

Síntomas en las mujeres (provenientes de estudios más recientes realizados en mujeres)

  • Disnea (dificultad para respirar)
  • Debilidad
  • Fatiga inusual
  • Sudor frío
  • Náuseas o mareo

Los hombres generalmente presentan síntomas inmediatamente antes o durante el infarto de miocardio. Sin embargo, las mujeres pueden presentar síntomas durante semanas antes del infarto. Aquí le presentamos algunos de los síntomas más comunes que perciben las mujeres durante un mes o más antes de un infarto de miocardio:

  • Fatiga inusual
  • Trastornos del sueño
  • Disnea
  • Indigestión
  • Ansiedad

Algunas personas no presentan síntomas cuando sufren un infarto de miocardio. Estos "infartos de miocardio silenciosos" pueden causar el mismo daño a su corazón.

No demore en buscar asistencia médica

En caso que se presente cualquier síntoma que crea que se relaciona con su corazón, llame de inmediato al número de urgencias local. No espere a que los síntomas desaparezcan. Los socorristas, las personas que le brindan los primeros auxilios y los paramédicos pueden iniciar las pruebas y el tratamiento mucho antes de llegar al hospital.

Una vez que llegan los paramédicos, además de evaluar su estado, es posible que le den una aspirina de camino al hospital. Un tratamiento rápido con exámenes médicos en el hospital puede ayudar a prevenir un daño perdurable en el corazón.

Muchas personas mueren antes de llegar al hospital porque ignoran los síntomas por miedo a que algo malo esté pasando.1 Es mucho mejor buscar asistencia médica si no está seguro de que sus síntomas se relacionan con una cardiopatía y saber que todo está bien en lugar de morir en su hogar.

Diagnóstico

¿Cómo se diagnostica un infarto de miocardio?

El infarto de miocardio se diagnostica según los síntomas, un electrocardiograma (ECG) y los resultados de los análisis de sangre.

Cuando el equipo de atención de urgencias vitales lo atienda en el hospital, le preguntarán sobre sus síntomas e iniciarán una evaluación. El infarto de miocardio se diagnostica según los síntomas, un ECG y los resultados de los análisis de sangre. El objetivo del tratamiento es atenderlo de inmediato y limitar el daño al miocardio.

El equipo de atención médica le hará muchas preguntas sobre el infarto de miocardio con el fin de elegir el tratamiento más adecuado. Algunas preguntas importantes son:

  • ¿Cuándo comenzó el dolor?
  • ¿Qué estaba haciendo en ese momento?
  • ¿Tuvo que detenerse?
  • ¿Mejoró el dolor con el descanso?
  • ¿Regresó el dolor cuando retomó la actividad?
  • ¿El dolor se mantuvo en el pecho o se irradió a otra parte, como en la mandíbula, los dientes, el brazo o la espalda?
  • ¿Tuvo dificultad para respirar?
  • ¿Tuvo náuseas?
  • ¿Sudó profundamente?

 

El ECG (también conocido como electrocardiograma) puede ayudar a saber qué sucedió en el miocardio y dónde sucedió. Además, se puede controlar el ritmo y la frecuencia cardíaca. También se podrá conectar a un monitor de cama con cables para controlar constantemente el ritmo y la frecuencia cardíaca.

Se puede extraer sangre para medir los niveles de marcadores bioquímicos presentes. Los marcadores bioquímicos se encuentran dentro de las células del cuerpo y son necesarios para el funcionamiento de dichas células. Cuando se dañan las células del miocardio, su contenido, incluidos los elementos, se liberan en el flujo sanguíneo. Con la medición de los niveles de estos elementos, el médico podrá determinar el grado del infarto de miocardio y calcular el momento aproximado en que se inició. También se pueden realizar otras pruebas de sangre. Entre las otras pruebas se incluyen las siguientes:

  • Ecocardiografía (ecocardio)
  • Cateterismo cardíaco
  • Radiografía del tórax
 

¿Sabías que?

Los sobrevivientes de infartos de miocardio están en riesgo de PCR

Se calcula que 1,1 millones de estadounidenses sobreviven a infartos de miocardio cada año. Muchos de esos sobrevivientes pueden estar en mayor riesgo de sufrir un paro cardíaco repentino (PCR).

Un estudio de referencia denominado MADIT II1 mostró la manera en que un infarto de miocardio, que ha reducido la capacidad del corazón para bombear sangre de manera eficaz (fracción de eyección baja), puede incrementar el riesgo de sufrir un paro cardíaco repentino. Los sobrevivientes a infartos de miocardio con una fracción de eyección menor al 30% a quienes se colocó un cardiodesfibrilador implantable (ICD) tuvieron una tasa de supervivencia superior a la de pacientes similares sin un ICD.

Diagnóstico

¿Cómo se diagnostica un infarto de miocardio?

El infarto de miocardio se diagnostica según los síntomas, un electrocardiograma (ECG) y los resultados de los análisis de sangre.

Cuando el equipo de atención de urgencias vitales lo atienda en el hospital, le preguntarán sobre sus síntomas e iniciarán una evaluación. El infarto de miocardio se diagnostica según los síntomas, un ECG y los resultados de los análisis de sangre. El objetivo del tratamiento es atenderlo de inmediato y limitar el daño al miocardio.

El equipo de atención médica le hará muchas preguntas sobre el infarto de miocardio con el fin de elegir el tratamiento más adecuado. Algunas preguntas importantes son:

  • ¿Cuándo comenzó el dolor?
  • ¿Qué estaba haciendo en ese momento?
  • ¿Tuvo que detenerse?
  • ¿Mejoró el dolor con el descanso?
  • ¿Regresó el dolor cuando retomó la actividad?
  • ¿El dolor se mantuvo en el pecho o se irradió a otra parte, como en la mandíbula, los dientes, el brazo o la espalda?
  • ¿Tuvo dificultad para respirar?
  • ¿Tuvo náuseas?
  • ¿Sudó profundamente?

 

El ECG (también conocido como electrocardiograma) puede ayudar a saber qué sucedió en el miocardio y dónde sucedió. Además, se puede controlar el ritmo y la frecuencia cardíaca. También se podrá conectar a un monitor de cama con cables para controlar constantemente el ritmo y la frecuencia cardíaca.

Se puede extraer sangre para medir los niveles de marcadores bioquímicos presentes. Los marcadores bioquímicos se encuentran dentro de las células del cuerpo y son necesarios para el funcionamiento de dichas células. Cuando se dañan las células del miocardio, su contenido, incluidos los elementos, se liberan en el flujo sanguíneo. Con la medición de los niveles de estos elementos, el médico podrá determinar el grado del infarto de miocardio y calcular el momento aproximado en que se inició. También se pueden realizar otras pruebas de sangre. Entre las otras pruebas se incluyen las siguientes:

  • Ecocardiografía (ecocardio)
  • Cateterismo cardíaco
  • Radiografía del tórax
 

¿Sabías que?

Los sobrevivientes de infartos de miocardio están en riesgo de PCR

Se calcula que 1,1 millones de estadounidenses sobreviven a infartos de miocardio cada año. Muchos de esos sobrevivientes pueden estar en mayor riesgo de sufrir un paro cardíaco repentino (PCR).

Un estudio de referencia denominado MADIT II1 mostró la manera en que un infarto de miocardio, que ha reducido la capacidad del corazón para bombear sangre de manera eficaz (fracción de eyección baja), puede incrementar el riesgo de sufrir un paro cardíaco repentino. Los sobrevivientes a infartos de miocardio con una fracción de eyección menor al 30% a quienes se colocó un cardiodesfibrilador implantable (ICD) tuvieron una tasa de supervivencia superior a la de pacientes similares sin un ICD.

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