Dolor Crónico

El dolor crónico se define como un dolor persistente que no desaparece o que regresa con frecuencia, incluso después de seis meses.1 Si bien, puede que el dolor no sea constante, es el factor dominante en la vida de quienes sufren dolor crónico. 

¿Qué tan frecuente es el dolor crónico?

Uno de tres estadounidenses sufre dolor crónico, más de 100 millones de personas quedan parcial o totalmente incapacitadas a causa del dolor2 y el 40% de los estadounidenses experimentan dolor diario.3 Es la principal causa de discapacidad en adultos en Estados Unidos.4 Se estima que el costo económico nacional anual del dolor crónico en Estados Unidos es de 560 a 635 mil millones de dólares.5

¿De qué manera el dolor crónico afecta la vida?

El dolor crónico constante puede conducir a depresión, ruptura matrimonial, destrucción de amistades y al aislamiento. El tratamiento tradicional con medicamentos para el dolor puede generar adicción al fármaco. El dolor crónico puede interferir con todos los aspectos de la vida de una persona: relaciones laborales, autoestima y bienestar emocional. 

¿Qué causa el dolor crónico?

El dolor crónico tiene muchas causas diferentes. En ocasiones, el envejecimiento normal puede afectar los huesos y las articulaciones de manera tal que causa dolor crónico. Otras causas comunes son el daño neurológico y las lesiones que no cicatrizan correctamente. Sin embargo, en muchos casos, el origen del dolor crónico puede ser tan complejo que resulta muy difícil diagnosticarlo. 

¿Cuáles son las alternativas para los pacientes que sufren dolor crónico?

Las opciones moderadas incluyen medicamentos de venta libre y fisioterapia. También se pueden recetar fármacos potentes de venta bajo receta, pero que pueden traer aparejados peligros de adicción y una disminución de la capacidad de funcionamiento. Las cirugías invasivas como las operaciones de columna vertebral son otra alternativa, pero el tiempo de recuperación es prolongado. La estimulación de médula espinal es otra opción de administración de señales eléctricas a la médula espinal para enmascarar las señales de dolor. Se trata de una terapia reversible que ha ayudado a miles de personas a encontrar un alivio al dolor crónico. 

Estimulación de la médula espinal

La estimulación de la médula espinal, o EME, puede ofrecer una esperanza para muchas de los 100 millones de personas que sufren dolor crónico.6 La EME envía impulsos eléctricos que activan las fibras nerviosas a lo largo de la médula espinal, lo que enmascara el mensaje de dolor que se envía al cerebro. Cuando esto sucede, la sensación de dolor se reemplaza con una sensación de alivio u hormigueo.

Se puede prescribir EME para el dolor incoercible crónico del tronco o de las extremidades, que incluye dolor unilateral o bilateral asociado a lo siguiente: síndrome de cirugía fallida de la espalda, dolores incurables en la parte inferior de la espalda y dolor de piernas. Muchas personas con cirugías de espalda fallidas han tenido éxito con la EME. Se usa con mayor frecuencia para tratar la lumbalgia y el dolor de las extremidades inferiores. Miles de pacientes con enfermedades graves crónicas y dolorosas han logrado aliviar el dolor con la estimulación de la médula espinal. 
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